Sí que es la representación más reconocida de Chillida, pero no deja de asombrar su fuerza, su intensidad, su movimiento, su soplo, su viento, su bruma, todo en su conjunto, el espacio dentro del espacio. Es decir, el entorno sobrecogedor, pero si a eso le incluimos como el vacío de la escultura, la peana hecha roca, juega con el universo del hueco provocado por el acero oxidado, cuyas inclemencias le concede aún mejor matiz cada día; "tenemos doble exponente espacial"Mágico y reflexivo, lugar de pensamientos para que se genere un apaisado peinado de ellos, o de meditaciones que se espera que el viento los aleje y desaogue nuestro hondo interior.
Idóneo para coger el aire necesario cuando uno lo alcanze caminando, corriendo, trotando, esprintando, o como se quiera, pero me atrevo a decir que la fuerza la vas a recuperar.
