En pocas disciplinas donde se expone el cuerpo al límite podemos contemplar su máxima expresión, unida a la más cercana elegancia en su total excelencia, este bailarín retirado a finales del siglo XX, crítico con su régimen, fue un baliraín al que se le dedicó una película "El último baliraín de Mao", y que muestra como el sacrificio y el valor nos puede ofrecer esperanzas de mejorar.
domingo, 11 de septiembre de 2011
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