Qué haríamos sin CULTURA, dónde estarían nuestras necesidades intelectuales, cómo creceríamos sin su asistencia, a dónde iríamos sin un ritmo, sin una música, con una creatividad nula, con el vacío de un abismo sin diseñar, sin color, sin matices, ni texturas. Dónde irían las habilidades que nos hacen ser personas más racionales, dónde irían los sueños, por dónde encauzaríamos las palabras, el léxico rico de nuestra escritura que sería de él, todas las actividades que se dejarían estancadas axfisiando al dinámico devenir de nuestro ser. El cuerpo y alma recreados ante una danza, poema o fotografía olvidados, las formas de expresión se quedarían obtusas y se hundiría el hombre en la sinrazón, por eso, cuanto peor están las cosas, la educación es pilar indiscutible para intentar luchar ante tempestades y esperemos que nuestros políticos nunca lo olviden.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
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