domingo, 3 de octubre de 2010

Berlín, Berlín


Berlín tiene tanto que ofrecer que es obligado un alto a lo largo de las posibles escapadas que se hacen por Europa. Una ciudad renacida de sus cenizas, de largo pasado, cuyo estado más reciente de su historia ofrece una oscuridad atroz por motivos como la gestación nazi o el levantamiento del muro que limitó y separó a una población hermana.
Pero asombra como se recupera y aflora la intención de emerger y reconstruir una urbe, que gracias a los medios tecnológicos e ingenieriles, la ciudad se mueve de forma vertiginosa. Con un pulmón en estado vivo como es el corazón de Tiergarten que da respiro a todos los que desean cobijarse en sus innumerables museos, como el Pergamonmuseum, brutal, con monumentales escalinatas del Altar, desposeido del lugar que fue erigido, se yergue como un mastodonte ofreciendo descanso sus peldaños y cuyo trasiego entre tanto friso te hace recoger sensaciones de época de la guerra de Troya, un Asia Menor de esplendor que deja cierto toque agridulce y a la vez espectacular asombro. 42 km. 195 metros da para mucho!

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