Si sólo nos centraramos en la pareja y las fuentes barrocas entre arbolado podríamos pensar en otro tiempo, una congelación entre el turismo y las constantes visitas del jardín del Parterre a espaldas del Palacio Real donde el Tajo ha provocado miradas ensimismadas, promesas, sueños, evocaciones, desolaciones, entusiasmos, reflexiones, divagaciones, etc.Paseos interminables de falúas de la realeza, y personas que han puesto las mismas pasiones sean de la condición que sean...
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