Usa tu ardúa percepción, me decía, analizo que se encuentra en estado latente su vigilancia, mi propósito es posible, pero cada vez siento más inquietud por mi plan, supongo que es innato. Divago con cometerlo, aunque estas divagaciones mentales me ponen en forma. Retomé los pasillos, y me dejaba llevar por las estancias mientras la suave mañana primaveral me esparaba por las calles de Albi, y cuando me vine a dar cuenta, ya estaba recogiendo mi abrigo y colocándome el sombrero que en su momento había dejado en la entrada, las posibilidades estaban hechadas...Toulouse-Lautrec estaba cada vez más cerca!
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